sábado, 7 de febrero de 2009

Depresión posparto: Trastornos depresivos y periodos de la mujer

Depresión posparto: Trastornos depresivos y periodos de la mujer

Ver encuesta ACTIMUDE (2008): Actitud de la Mujer ante la depresión.

Es una de las patologías más frecuentes tras el parto y aunque suele pasar inadvertida afecta al 10-20% de las puérperas según diversos estudios . Se inicia a las 2-3 semanas tras el nacimiento, con una duración de 4-6 meses, e incluso superior al año sin tratamiento. Este tipo de depresión, ya descrita en 1968 por B. Pitt, tiene unos síntomas bien establecidos: tristeza y desánimo continuo, dificultad para interesarse por las cosas de siempre, trastornos del sueño y del hambre, ansiedad, dificultad para concentrarse, falta de energía y lentitud funcional, problemas de memoria y síntomas obsesivos (miedo a hacerle daño al bebé). La depresión mayor posparto no ha sido catalogada como una entidad diferenciada en ninguna clasificación internacional. Sin embargo la DSM IV añade el criterio de "inicio en el posparto" para las pacientes con un trastorno depresivo mayor que acontece dentro de las cuatro primeras semanas del mismo.

La etiología de la depresión posparto permanece incierta y hay pocas pruebas que apoyen una base biológica. A pesar de la considerable investigación realizada, no ha sido aislado factor causal alguno. Sin embargo, resultados consistentes sugieren la importancia de las variables psicosociales. En particular, se ha encontrado que los eventos estresantes de la vida, el conflicto matrimonial y la ausencia de apoyo social aumentan significativamente el riesgo de depresión posparto. En el estudio de Sierra JM, Carro T y Ladrón E realizado en puérperas de la provincia de Soria en 2002, más del 15% presentaron riesgo de padecer depresión posparto, siendo las principales variables que se asociaban de forma independiente a su presentación la edad de la madre, la situación económica, antecedentes de alteraciones del estado de ánimo y disfunción familiar.

El cuadro se presenta indistintamente en primíparas y en multíparas y hay que identificarlo para que la mujer no quede aislada; es un cuadro que en algunos casos se resuelve espontáneamente con el tiempo pero que en otros se arrastra y van empeorando, lo que tiene un alto precio para la afectada y para el vínculo con su hijo. Existe un problema generalizado de infradiagnóstico de la depresión posparto, ya que clínicamente se detecta menos del 1% de los casos, obedeciendo a:
o la escasa especificidad de la sintomatología
o el bajo nivel de consulta de las madres por este tema (sensaciones de culpa y/o vergüenza)
o la escasa información sanitaria sobre esta patología y sus consecuencias
o la no utilización rutinaria de pruebas de detección precoz
o la ausencia de entrevistas pautadas para la confirmación del diagnóstico

La importancia de la detección precoz del síndrome de la depresión posparto no sólo es importante para el éxito del tratamiento de la mujer afectada sino también para evitar la afectación en el desarrollo emocional y cognitivo del bebé, así como dificultades familiares, ya que también presenta un mayor riesgo de separaciones y divorcios. Esta afectación se ha demostrado ya, y actualmente se estudia cuál es el papel que puede tener sobre el riesgo de que el niño sufra futuras psicopatías. Mientras que las mujeres que han sufrido de depresión posparto presentan el doble de probabilidades de experimentar futuros episodios de depresión durante un período de cinco años, los recién nacidos y los niños resultan particularmente vulnerables. La depresión posparto puede causar el deterioro de las interacciones entre la madre y el recién nacido y percepciones negativas del comportamiento del niño, las cuales han sido vinculadas a la inseguridad añadida, al retraso en el desarrollo cognitivo y a las dificultades sociales/de interacción. Se ha mostrado que los recién nacidos de tres meses de edad son capaces de detectar el estado de ánimo de sus madres y de modificar sus propias respuestas de acuerdo con ellos. Mientras que las habilidades cognitivas, el desarrollo de lenguajes expresivos y la atención han sido influidas negativamente por la depresión posparto, también se ha informado de que los hijos de las mujeres deprimidas tienen de dos a cinco veces más probabilidades de desarrollar problemas de conducta a largo plazo. La mortalidad materna e infantil son consecuencias raras pero reales de la depresión posparto.

La realización de programas de detección precoz de factores de riesgo o de enfermedades se justifica solamente si se reúnen determinados criterios que incluyen la existencia de un test de screening adecuado que sea aceptable para aquellos a quienes esta destinado el programa, un estado latente o sintomático precoz de la dolencia y la disponibilidad de un tratamiento eficaz. Sin embargo ofrecer un programa de detección precoz no es sencillo, y únicamente alcanzará su eficacia máxima si se utiliza como programa gestionada garantizando la consecución de una alta aceptación, que la calidad del proceso se pueda supervisar de forma continua y que a los detectados se les ofrezcan intervenciones eficaces. La introducción efectiva de un programa poblacional de detección precoz de la depresión posnatal puede resultar en un gran beneficio, no sólo para las mujeres que padecen esta patología sino también para sus hijos, su familia y, a la larga, para la sociedad. Las ventajas de un afrontamiento activo de la depresión posparto se cifran en que las medidas de intervención:
o tienen bajo riesgo de efectos adversos
o son bien aceptadas por los pacientes, así como por los trabajadores de los servicios sanitarios
o mejoran el vínculo madre-hijo, disminuyendo las consecuencias negativas sobre el desarrollo y cuidado del recién nacido, así como del núcleo familiar
o son fácilmente aplicables a través del sistema de salud

La depresión posparto puede sospecharse inicialmente de forma sencilla y segura mediante la escala EPDS (Edinburgh Postnatal Depression Scale), herramienta validada y útil para la detección de síntomas depresivos en la etapa puerperal. La puntuación igual o superior a 12 se considera como prueba positiva, e indica riesgo para depresión posparto que justifica la realización de una entrevista diagnóstica.

2 comentarios:

José Mª Sierra Manzano dijo...

Interesante encuesta que intenta reflejar un importante problema de salud

Anónimo dijo...

Condicionesde uso de ISRS durante el embarazo
Revista de Psiquiatría y Salud Mental
Volumen 1, Número Especial Congreso 2008

R. Angora Cañego, M.C. Ortega y P. Holgado Madera

El manejo con ISRS de los trastornos depresivos en mujeres embarazadas está condicionado por los efectos adversos sobre la gestante y el feto.
En conjunto la mayoría de datos muestran una tasa de malformaciones congénitas similares a la población general. Sin embargo algunos trabajos recientes sobre paroxetina administrada en 1º trimestre de gestación muestran un riesgo relativo mayor de malformaciones cardiacas en comparación con el resto de ISRS También estudios recientes asocian el uso de ISRS en 3º trimestre de gestación con Hipertensión Pulmonar. Existen datos controvertidos sobre la asociación con parto prematuro, bajo peso al nacer, y Síndrome de adaptación neonatal. Sin embargo los datos disponibles, no muestran asociación negativa con el neurodesarrollo durante la infancia.
Conclusiones: Si bien la mayoría de estudios demuestran seguri¬dad de los ISRS durante la gestación, diferentes estudios recientes aportan datos controvertidos respecto a la posible asociación de su uso y malformaciones congénitas, complicaciones obstétricas y perinatales. La decisión de administrar ISRS debe valorarse con la mujer embarazada en base a los riesgos y beneficios de usar o no estos fármacos para el trastorno depresivo que le afecta.